Donald Trump comparece este martes ante un juez en Manhattan para escuchar los cargos por los que será procesado en el caso de un pago en negro para comprar el silencio de una actriz porno, en la primera imputación penal a un expresidente estadounidense.

El republicano, de 76 años, llegó el lunes a Nueva York a bordo de su avión privado desde su mansión Mar-a-Lago en Florida, donde reiteró sus denuncias de que es víctima «de una caza de brujas» en plena campaña para llegar de nuevo a la Casa Blanca en las elecciones de 2024, en las que esta imputación ha irrumpido con imprevisibles consecuencias.

Objeto de dos intentos de destitución por el Congreso estadounidense cuando era presidente (2017-2021), Trump está citado en el Tribunal Superior de Manhattan a las 14h15 (19H15 GMT), aunque se espera que llegue antes, donde como cualquier ciudadano imputado tendrá que someterse a la toma de huellas dactilares y fotografías.

El juez de origen colombiano Juan Merchán -que también fue instructor de otro caso contra la Organización Trump por fraude fiscal a finales del año pasado- le leerá los cargos por los que será procesado, que hasta ahora han permanecido sellados.

De acuerdo con un edicto conocido por la AFP, el juez sólo permitirá brevemente a la prensa tomar fotos de Trump en la sala antes del inicio de la audiencia.

 «No culpable»
Según sus abogados, Trump se declarará no culpable, por lo que el caso se dirige hacia un juicio, en una fecha por determinar, que sin duda será uno de los más mediáticos en la historia del país.

Trump está imputado por un pago de 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels realizado antes de las elecciones de 2016 para comprar su silencio por una supuesta relación extramarital ocurrida diez años antes, algo que Trump siempre ha negado.

«Biden y su ‘gente’ sabían» las intenciones del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, de «perseguir a Trump», escribió el magnate republicano en su red Truth Social este lunes, acerca del funcionario que tacha de «racista».

«No vienen por mi, vienen por ustedes -yo estoy simplemente en su camino», asegura el republicano que denuncia que es «IMPOSIBLE que yo tenga un Juicio Justo» en su ciudad natal gobernada por demócratas, tras la decisión de Bragg de imputarlo el pasado jueves, al confirmar la decisión de un gran jurado.

El fiscal tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa tras la audiencia de Trump.

Más prensa que seguidores 

Ante el temor de que se puedan producir disturbios como el 6 de enero de 2021, cuando miles de seguidores tomaron el Capitolio en Washington, la policía neoyorquina está en máxima alerta y ha blindado las inmediaciones de la Torre Trump y el Tribunal Supremo del sur de Manhattan, donde por primera vez un exmandatario se sentará en el banquillo de la justicia.

Aunque «no hay amenazas creíbles» para Nueva York, el alcalde Eric Adams, secundado por los máximos responsables de la seguridad, pidió a los posibles «agitadores» que se controlen, en particular a la congresista radical Marjorie Taylor Greene, que ha convocado una manifestación de apoyo al magnate en las inmediaciones del tribunal.

Los periodistas son mucho más numerosos que el puñado de seguidores que ha salido a manifestarle su apoyo.

En la 5ª Avenida, un grupo de seguidores desplegó una pancarta que rezaba: «Termina el Muro Trump 24», en alusión al muro con México para poner fin a la inmigración.

Entre ellos estaba Vito Dichiara, de 71, un jubilado que acusó al fiscal de conspirar para impedir la llegada de Trump a la Casa Blanca el próximo año y repitió el estribillo de Trump de que los demócratas le robaron la elección.

«Estoy aquí para apoyar a Donald Trump, el expresidente y futuro presidente de Estados Unidos», dijo a la AFP.

El caso de Daniels es solo una de las investigaciones que amenazan al expresidente, bajo escrutinio por presionar a funcionarios para anular la victoria de Joe Biden en 2020, con una llamada telefónica grabada en la que pedía al secretario de Estado que «encontrara» suficientes votos para revertir el resultado. También es investigado por su posible papel en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio estadounidense, así como por el manejo y custodia de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca.

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