Una media de once niños a la semana, han muerto o desaparecido este año cruzando el Mediterráneo Central cuando trataban de llegar desde África a las costas italianas, según estimaciones hechas públicas hoy por Unicef.

La agencia de Naciones Unidas para la infancia calcula que desde 2018 unos 1.500 menores han fallecido o desaparecido en esta ruta migratoria, lo que representaría alrededor de una de cada cinco personas desaparecidas en esa vía para llegar a Europa.

Sin embargo, Unicef subraya que muchos naufragios quedan sin documentar, por lo que las cifras son probablemente mucho más altas.

En un comunicado, la agencia estima que 11.600 niños -una media de 428 a la semana- han llegado desde África a costas italianas en lo que va de año, el doble que en el mismo periodo de 2022.

La mayor parte cruzan desde Libia y Túnez, en muchos casos tras haber completado ya peligrosos trayectos desde otros países africanos o de Oriente Medio.

Según datos de los primeros tres meses de 2023, más del 70 % de los menores que llegaron a Europa por esta ruta lo hicieron sin compañía o separados de sus padres o guardianes legales, lo que les expone a un mayor riesgo de violencia, explotación y abusos, señala Unicef.

«Esta es una clara señal de que hay que hacer más para crear vías seguras y legales para que los niños accedan a asilo y para reforzar los esfuerzos para salvar vidas en el mar», señala en la nota la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

En ese sentido, Unicef pide a los Gobiernos, entre otras cosas, más protección para los menores, más coordinación en las operaciones de rescate y más trabajo en los países de origen para reducir el número de personas que huyen de sus hogares. EFE

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